La nefasta herencia recibida.
No invertir ni un céntimo más en la estación del ferrocarril-autobuses, ni en el parque Felipe VI, salvo en limpieza por supuesto.
La nefasta herencia recibida.
No invertir ni un céntimo más en la estación del ferrocarril-autobuses, ni en el parque Felipe VI, salvo en limpieza por supuesto.