El centro de la ciudad y sus zonas peatonales acaban expulsando a las personas mayores que viven en ellas.
Hay ciudadanos de la tercera edad que pueden ser completamente válidos, pero que en determinados momentos precisan apoyos a los que la ciudad no está atendiendo. No todos los que viven en las zonas peatonales tienen 40 años, un coche y un garaje. Hay gente mayor que no tiene coche y necesita que sus familiares atiendan puntualmente sus necesidades de movilidad y la ciudad no les deja acceder a esas tarjetas de residente para poder hacerlo.
El Ayuntamiento debe pensar en ellos y darles apoyo y solución. Unas tarjetas de residentes de la tercera edad/vulnerables que les permita que un vehículo les pueda recoger y dejar en su puerta. Lo mismo que los residentes pueden hacer con sus tarjetas. Los mayores tienen que ir al médico, a sus asuntos personales y no tienen toda la movilidad necesaria en ocasiones y no siempre se puede hacer de 7 a 12h.
No podemos hacer ciudadanos de primera y de segunda.